Más de una vez me he preguntado “¿Qué es lo que implica ser
dragón?” “¿Qué significa?” y especialmente… “¿Cómo sería la mente de un dragón?”
Es difícil (por no decir imposible) responder esas preguntas
sin tener recuerdos de mis vidas pasadas. Pero así y todo uno puede llegar a
obtener ciertos flashes de información.
Hasta ahora siempre me venía preguntando si lo que sentía
era mi imaginación o era realmente información y creo que puedo discernirlo por
como lo siento. Podría decirse que cada cosa tiene como una especie de MD5 (Es
un método de algoritmo de reducción criptográfica para decir si un archivo ha
sido alterado o si lo hemos recibido de manera intacta) que lo pongo para
simplificar la explicación.
Si prestamos atención sabemos cuando nuestra mente rellena
huecos (imaginación) o si realmente estamos viendo o sintiendo algo,
especialmente cuando sentimos que algo es “correcto”
Otras teorías dicen que cuando imaginamos algo en realidad
estamos viendo en una realidad paralela eso que realmente sucede. Teniendo en
cuenta que en teoría hay infinitas realidades paralelas con infinitas
posibilidades entonces todo es posible (por ejemplo que en alguna de esas
realidades el perro imaginario de Rafa Gorgory que volaba moviendo la cola
realmente exista). He leído también otra teoría que en realidad no recordamos
nada, cuando recordamos algo en realidad estamos viendo en otra realidad que
eso está ocurriendo en ese momento.
Un planteamiento que hago, evoquen un recuerdo cualquiera,
haber hablado con alguien o haber visto un evento. Sentimos que es lo que
sucedió por lo tanto es lo correcto. Entonces si volvemos a recordar ese evento
y metemos un dinosaurio paseando por ahí sabremos entonces que el recuerdo no
lo es tal porque su “MD5” (el sentimiento que indica que es el recuerdo
correcto o fue modificado) nos indica que no fue así. Ese sentimiento es más
importante que el hecho de decir “Es que el dinosaurio lo metí con mi imaginación”
Porque de no ser así todos nuestros recuerdos podrían ser puestos en duda por
detalles que nuestra mente rellene automáticamente. Ese sentimiento está ahí
para asegurarse que nuestros recuerdos están intactos aunque no recordemos
ciertos detalles. Por ejemplo los discos rígidos tienen controles para detectar
errores de datos. Imagínense lo que pasaría si no existiesen esos controles;
con el tiempo los datos se corromperían. En un documento algunas letras se
cambiarían por otras. Una D podría volverse una B desaparecerían comas (ya se
pueden imaginar palabras o frases enteras que cambiarían el sentido con la
presencia o ausencia de una coma o una letra). Unos pocos errores harían que los
programas dejen de funcionar (aunque solo se hayan modificado 10 bytes y los
otros mil millones estén intactos). Traduciendo esto a nuestra mente sería que
hayan varios recuerdos que no nos fiemos de ellos porque un día recordaríamos
una cosa y al otro día habría algo distinto. Pero no… No ponemos en duda
nuestros recuerdos (a menos que haya pasado algo traumático).
Con respecto a sentir cosas (visiones, sentimientos, etc) se
puede aplicar el mismo concepto aunque sería más complicado. El MD5 siempre está
ahí y nos puede indicar si lo que sentimos es real o es producto de nuestra
imaginación o deseos. Si ahora mismo me pongo a pensar que fui un emperador
Chino no siento ninguna sensación. Ese “recuerdo” no resuena en mi, ya que
nunca lo he sido.
En cambio, si pienso en una vida como dragón entonces si
siento una sensación de que eso es “correcto”, es una sensación muy parecida a
cuando recuerdo algún día de mis vacaciones o de la escuela.
Lo importante es ejercitar ese sentimiento, ejercitar lo que
resuena en nosotros. Creo que con suficiente ejercitación se podría obtener
mucha información y con el tiempo de mejor calidad. Además estaremos
ejercitando el ser asertivos y seguros en nosotros mismos. Si estamos todo el
tiempo pensando en si algo es nuestra imaginación o no entonces siempre
viviremos en la duda, y la duda nunca nos lleva a ningún sitio.
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